Ha pasado más de un año desde la última publicación que hice en el blog. En este tiempo han cambiado muchas cosas, de hecho tuve que cambiar de profesor de canto en un par de ocasiones.
Después de estar unos 3 meses con mi primer profesor de canto tuve que mudarme y por la distancia no pude continuar con el. Me supo bastante mal puesto que considero que es un gran profesor y un gran profesional. La parte positiva es que me ha permitido conocer diferentes estilos puesto que con este profesor estaba practicando mucho lírico.
En octubre del año pasado (2015) empecé en una escuela de canto. Eran clases con más alumnos por lo que me suponía superar un nuevo reto. Ya no sólo iba a escucharme cantar mi profesor de canto sino que además tendría que cantar con tres personas más, o para tres personas más... La verdad es que al principio me costó mucho, la timidez me ha podido por mucho tiempo y en ese grupo también estaba pudiendo conmigo.
Tomé la decisión de apuntarme a un grupo de teatro para enfrentarme al público y forzarme a hacer cosas frente a más gente (la experiencia espectacular, pero ya lo contaré con más detalles en otra entrada del blog).
El profesor que tuve en esta escuela también me pareció muy buen profesor. Es cierto que me habría gustado que intentase exprimirnos un poco más puesto que el aprendizaje habría sido más amplio y más rápido pero al fin y al cabo llevó el ritmo que consideró necesario, para eso él era el profesor.
A los pocos meses se fueron dos de las alumnas y nos quedamos sólo dos alumnos, se incorporó otro chico pero a las dos semanas ya no volvió ninguno (por circunstancias personales). Me quedé yo sólo y creo que en ese periodo de tiempo es cuando más aprendí. Volvía a estar sólo y la timidez no podía tanto conmigo, tenía el 100% del tiempo de la clase para mí y eso daba mucho de sí. El problema es que la escuela decidió cancelar el curso y me quedé sin profesor de canto...
Me tocó ponerme a buscar otro profesor/a de canto. Al final encontré otra escuela bastante más nueva que la anterior (puede que abrieran hace un par de años). Las clases al principio eran individuales y en cuanto cogiera el nivel que considerasen y encontrasen a otra persona con una voz con la que pudiéramos hacer cosas juntos pasarían a ser clases de dos alumnos.
Por motivos personales tuve que dejar de acudir a esta escuela temporalmente. En agosto está cerrada la pero tengo dudas de si continuar con allí. Habré ido a unas 4 clases de canto con este profesor y me siento un poco incómodo puesto que es muy estricto y se frustraba bastante conmigo (o al menos eso es lo que yo noto). Obviamente estoy aprendiendo y es normal que cometa errores. Además tengo malos vicios (o tal vez simplemente he aprendido de la manera en la que mi otro profesor de canto pensaba que era la correcta) que hacen que esté continuamente corrigiendome... al final me pongo muy nervioso en sus clases y esta situación me desmotiva bastante.
Tengo todo este mes para pensar si continuar o no en esta escuela, toca darle algunas vueltas... ya os contaré lo que decido!
Después de estar unos 3 meses con mi primer profesor de canto tuve que mudarme y por la distancia no pude continuar con el. Me supo bastante mal puesto que considero que es un gran profesor y un gran profesional. La parte positiva es que me ha permitido conocer diferentes estilos puesto que con este profesor estaba practicando mucho lírico.
En octubre del año pasado (2015) empecé en una escuela de canto. Eran clases con más alumnos por lo que me suponía superar un nuevo reto. Ya no sólo iba a escucharme cantar mi profesor de canto sino que además tendría que cantar con tres personas más, o para tres personas más... La verdad es que al principio me costó mucho, la timidez me ha podido por mucho tiempo y en ese grupo también estaba pudiendo conmigo.
Tomé la decisión de apuntarme a un grupo de teatro para enfrentarme al público y forzarme a hacer cosas frente a más gente (la experiencia espectacular, pero ya lo contaré con más detalles en otra entrada del blog).
El profesor que tuve en esta escuela también me pareció muy buen profesor. Es cierto que me habría gustado que intentase exprimirnos un poco más puesto que el aprendizaje habría sido más amplio y más rápido pero al fin y al cabo llevó el ritmo que consideró necesario, para eso él era el profesor.
A los pocos meses se fueron dos de las alumnas y nos quedamos sólo dos alumnos, se incorporó otro chico pero a las dos semanas ya no volvió ninguno (por circunstancias personales). Me quedé yo sólo y creo que en ese periodo de tiempo es cuando más aprendí. Volvía a estar sólo y la timidez no podía tanto conmigo, tenía el 100% del tiempo de la clase para mí y eso daba mucho de sí. El problema es que la escuela decidió cancelar el curso y me quedé sin profesor de canto...
Me tocó ponerme a buscar otro profesor/a de canto. Al final encontré otra escuela bastante más nueva que la anterior (puede que abrieran hace un par de años). Las clases al principio eran individuales y en cuanto cogiera el nivel que considerasen y encontrasen a otra persona con una voz con la que pudiéramos hacer cosas juntos pasarían a ser clases de dos alumnos.
Por motivos personales tuve que dejar de acudir a esta escuela temporalmente. En agosto está cerrada la pero tengo dudas de si continuar con allí. Habré ido a unas 4 clases de canto con este profesor y me siento un poco incómodo puesto que es muy estricto y se frustraba bastante conmigo (o al menos eso es lo que yo noto). Obviamente estoy aprendiendo y es normal que cometa errores. Además tengo malos vicios (o tal vez simplemente he aprendido de la manera en la que mi otro profesor de canto pensaba que era la correcta) que hacen que esté continuamente corrigiendome... al final me pongo muy nervioso en sus clases y esta situación me desmotiva bastante.
Tengo todo este mes para pensar si continuar o no en esta escuela, toca darle algunas vueltas... ya os contaré lo que decido!